quarta-feira, 2 de junho de 2010

Ensayo para el fin del mundo

La lengua no se levanta

para la invocación

el pensamiento reune

la ceniza más allá del tiempo

y todo el silencio y todo el olvido

rastro boquiabierto, todo lo llena

un vacío por el que conjuro

despliega su luz





Un buen día reviven las palabras, se vuelven

por un camino sinuoso y simultáneo, corren

bajo el agua y sobre la superficie

aliento





La invocación cruza en sombras a la noche, y no hay luz

ni hay raíz ni fuego y ni hay palabra que no se encienda





Al final del mundo, al final, sólo un ensayo

un otro comienzo que, lenta y pausadamente

se repite desde siempre





Y al principio es la palabra del corazón

impregnada de su claro magnetismo

y al principio (tomado del final), la palabra

que se alza silencio en el silencio, callada





luminosa





interior
 
 
 
 
 
 
 
Roberto Amezquita
02.06.2010

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